Thursday, July 12, 2012

Juan Gualberto Gómez: un ejemplo de antimperialismo

Juan Gualberto Gómez

En un ingenio de Sabanilla del Comendador, Matanzas, nació el 12 de julio de 1854 el intelectual y periodista cubano, Juan Gualberto Gómez. Hijo de negros esclavos, tuvo la suerte de nacer libre gracias al sacrificio de sus padres que compraron su libertad cuando aun estaba en el vientre de su madre.


Su condición de negro liberto lo marcaría para todo su vida y lo haría abrazar desde muy joven el pensamiento independentista, en momentos en que Cuba parecía un hervidero de ideas anexionistas y reformistas. La Guerra de los Diez años se inicia en 1868 y un año después sus padres, con ayuda de su antigua dueña, deciden enviarlo a estudiar a París por temor a la guerra.

Se dice que fue precisamente en la ciudad francesa donde el joven comienza a vincularse a los ideales separatistas y de igualdad para todos los hombres. Sin lugar a dudas, sería la visita de los generales Manuel de Quesada y Francisco Vicente Aguilera en 1872, quienes marcarían su rumbo definitivo en la lucha por la libertad de Cuba.

Aguilera le pide ayuda en la traducción al francés de un artículo que refutaba los ataques de la prensa por la guerra que se libraba en Cuba. El joven mulato desde el primer momento se identifica con lo que sucede en su tierra natal y se compromete en colaborar en todo lo posible.

Algunos historiadores señalan que a partir de este momento su pensamiento comienza a radicalizarse. En 1878 tras la firma del Pacto del Zanjón y después de una breve estancia en México donde conoce a José Martí, decide regresar a Cuba para ayudar en los preparativos conspirativos de la Guerra Chiquita.

De inmediato se establece una relación muy estrecha entre Juan Gualberto Gómez y José Martí. Ambos sentían un amor profundo por su Patria. En una ocasión Gómez afirmó: “El amor que sentimos en la vida privada por nuestra madre, ese amor espontáneo estamos llamados a sentirlo para nuestra Patria. El amor a la Patria es más que una virtud, es un deber, es más dulce que un deber, es un gozo que el cielo nos ha prodigado a todos los seres de la creación”.

Los dos habían vivido en España y entendían que el único camino posible para Cuba era lograr su independencia de la colonia europea. Además reconocían la incapacidad e incomprensión de las autoridades españolas con respecto a los asuntos cubanos, necesidades y demandas de un pueblo sojuzgado por el poder colonial.   

Se afirma que Martí llamaba a Juan Gualberto, mi hermano mulato. Quizás se entienda entonces el porqué el Apóstol le confió la tarea de organizar el levantamiento del 24 de febrero de 1895 que dio inicio a la nueva etapa independentista. Gómez ostentaba el título de delegado del Partido Revolucionario Cubano en la isla.

El destacado intelectual también se le recuerda en la historia de Cuba por la firme posición que mantuvo en contra de la aprobación de la Enmienda Platt, un apéndice de la constitución de 1901 que permitía a los Estados Unidos el control absoluto de la isla.

Su pensamiento antimperialista quedó evidenciado en la audaz denuncia que hizo sobre el verdadero objetivo que perseguía este documento propuesto por los norteamericanos. Gómez defendía la idea de que nuestro país debía constituirse como una república económica y políticamente independiente.

Fue elegido por la Constituyente para elaborar la ponencia que dio respuesta a los dictámenes de Washington. En la misma aparece un análisis minucioso de las cláusulas del documento donde se demuestran las terribles consecuencias que traería para el país la aprobación de la Enmienda Platt.

El audaz periodista tuvo una posición muy clara en cuanto a la necesidad de resolver el problema de la integración racial como único camino para lograr la unidad entre todos los cubanos. Para él no bastaba con haber abolido la esclavitud, se debía además eliminar determinados prejuicios y formas notoriamente públicas de discriminación racial. Según su juicio se debía establecer pasos concretos para atraer los negros y mulatos a la causa común de la independencia de Cuba.

Su labor periodística

Juan Gualberto Gómez hizo de la palabra y la pluma sus armas. Se acercó al periodismo para poder mantenerse en París, pero a medida que maduraba su pensamiento político también iba perfilando su pluma. En 1877 se había consolidado como un agudo periodista, polemista y orador público.

En abril de 1879 funda el periódico La Fraternidad, que le sirvió de tribuna para denunciar y manifestarse en contra de los atropellos y descriminaciones que sufrían los negros y mulatos. Además informaba sobre las condiciones de vida, las principales inquietudes y preocupaciones que tenía ese sector a lo largo de todo el país.

Este diario se convirtió en un verdadero vocero y defensor de los negros, llegando incluso a hacer públicas las cartas de las personas del pueblo que escribían contando sus experiencias.

Sus duros discursos contra el régimen colonial español le merecieron más de una acusación, juicio y prisión por considerar las autoridades de la isla que sus escritos eran una incitación a la rebelión.

Sus artículos y crónicas durante la etapa colonial y neocolonial son un claro ejemplo de un hombre que fue fiel defensor de su país y a la vez marcaron una pauta importante dentro del periodismo cubano.

Juan Gualberto Gómez murió en 1933 a la edad de 78 años, dejando tras de si un legado importante a los miles de cubanos que hicieron suyas las ideas independentistas y revolucionarias.

Tomado de Cubasí

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